Por increíble que parezca, nuestra vida se compone de estrés, frustraciones, desilusiones… Motivos de ansiedad. Y no somos conscientes del daño que eso nos hace. Estamos en la obligación de aprender a manejarlo y a dejarlo ir. Podemos hacerlo, cuidando nuestros pensamientos y concediéndonos “el capricho de soñar”.
El estrés es ese veneno que nos inyectamos día a día y que nos hace responder viviendo de mal humor, enfadados… Es como si sonreír porque sí, fuese una ofensa. Vivimos en una sociedad en la que “no tenemos derecho a estar alegres, todo está mal, no hay motivos para poder tener buenas relaciones, etc”.
Cada día que pasa tomamos más medicamento: para dormir, para el dolor de cabeza, medicamentos para tranquilizarnos, fármacos para esto, medicinas para lo otro…
En este caso, la solución no está en las medicinas ni tampoco en los médicos. Está mucho más cerca de lo que en realidad creemos: ¡está en nuestras manos! En nuestra mente, en la capacidad de poder apartarnos de la “locura” de la sociedad y meternos, sumergirnos en nosotros mismos: en labrar nuestra propia vida interna.
“Algunas personas viajan para conocer lugares nuevos, y otros viajan para encontrar partes nuevas de sí mismos”
Tu vida interna es tu jardín. Es eso que te encuentras cada vez que te observas y te prestas atención, te escuchas, escuchas tus necesidades, escuchas tus propios deseos y, sobre todo, escuchas tu tristeza. Es el lugar en el que puedes mirar los problemas de frente, sin miedo, con honestidad, para después cambiarlos. Ahí es donde se encuentra tu libertad. Es ahí donde nace tu verdadera libertad. De tu libertad interior nace tu libertad exterior. Si dentro de ti eres tan libre que eres capaz de volar como un pájaro, entonces fuera también puedes hacerlo. Solamente necesitas una cosa: necesitas entrenar tu pensamiento, aprendiendo a volar con tu imaginación.
¿Y eso cómo se hace? ¿Cómo se aprende a volar con la mente?
- Visualiza tus problemas – o aquellas circunstancias que te crean problemas -, ahora busca la solución. Imagínate que eres un superhéroe y ríete de tus propias locuras. Así descubrirás que es mucho más fácil de lo que pensabas.
- Busca un lugar – imaginado o real -, un lugar al que puedas irte cada vez que te sientas mal. Siempre que lo necesites, vete allí respirando profundamente. Puede ser cualquier sitio: Un lugar que no conozcas, un lugar inventado por tí, el sitio en el que te escondías de pequeño… La intención es que estés tranquilo y seguro. Pero cuidado de no permanecer ahí más tiempo del necesario.
- Examina lo bueno y lo malo que tiene retrasar todas las situaciones que te producen estrés. Afróntalas en ese lugar seguro como lo es tu mente.
- Sueña, no te canses nunca. Sueña y actúa para que todo lo que deseas se haga realidad.
- Crea espíritu de guerrero incansable.
- SONRÍE, no es una ofensa para nadie. SONRÍE en vez de decir cosas de las que después te arrepientas. No te tomes nada de forma personal. Cada vez que alguien te diga algo que te moleste no te culpes ni te sientas ofendido. Hazte esta pregunta: “¿Qué le pasará para que conteste así?”
- Bébete la vida, imagínate que es un vaso de agua pura y tómatela despacito y disfrutándola.
- Lo mejor que puedes hacer es AMAR.
- Cada noche, al acostarte, escribe TODO lo bueno que te ha pasado durante el día. Vas a poder comprobar que siempre hay algo bueno, aunque no te lo parezca.
- Magnifícate con los mejores sentimientos.
En cualquier situación, si te sientes libre, te vuelves libre. Si en tu interior puedes volar como un pájaro de alas de bellísimos colores, de cara al mundo podrás hacer lo mismo. Libre por dentro, libre por fuera. Relájate, sueña, deja la imaginación volar y vuela liberándote de todo el estrés.
“La belleza es poder, y una sonrisa es su espada” – John Ray.
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La escritura es el alivio del alma.
Estoy 100% de acuerdo contigo María Jesús, así es. Que tengas un maravilloso día
Es un gran artículo, ayuda a ver situaciones que pasan desapercibidas y corriges tu actitud. A mi me ayudó.
Gracias Eva. No sabes cuánto me alegra leer esas palabras. Esa es mi intención: ayudar. Un abrazo
Una gran reflexión. Muchas gracias por compartirla.
Creo que es muy importante conocernos a nosotros mismos y querernos.
Las cosas que nos producen estrés siempre estarán ahí. Tener nuestro espacio y creer en nuestra capacidad de ser felices y hacer realidad nuestros deseos, es vital para disfrutar la vida.
Efectivamente, las cosas que nos provocan estrés siempre estarán ahí, nuestro trabajo es aprender a gestionarlas. Muchas gracias por tu comentario, Yennis.